jueves, mayo 17, 2007


Encuentro de dos manos

buscadoras de estrellas,

en las entrañas de la noche.

¡Con qué inmensa presión

se sienten sus blancuras inmortales!

Dulces, los dos olvidan su busca sin sosiego,

y encuentran, un instante,

en su cerrado círculo,

lo que buscaban solas.

¡Resigación de amor,

tan infinita como lo imposible!

J.R.Jiménez