sábado, febrero 28, 2015



A Él

No existe lazo ya: todo está roto:
plúgole al cielo así: ¡bendito sea¡
Amargo cáliz con placer agoto:
mi alma reposa al fin: nada desea. 


Te amé, no te amo ya: piénsolo al menos:
¡nunca, si fuere error, la verdad mire!
Que tantos años de amarguras llenos
trague el olvido: el corazón respire. 


Lo has destrozado sin piedad: mi orgullo
una vez y otra vez pisaste insano...
Mas nunca el labio exhalará un murmullo
para acusar tu proceder tirano. 


De graves faltas vengador terrible,
dócil llenaste tu misión: ¿lo ignoras?
No era tuyo el poder que irresistible
postró ante ti mis fuerzas vencedoras. 


Quísolo Dios y fue: ¡ gloria a su nombre!
Todo se terminó, recobro aliento:
¡Ángel de las venganzas!, ya eres hombre...
ni amor ni miedo al contemplarte siento. 


Cayó tu cetro, se embotó tu espada...
Mas, ¡ay!, cuán triste libertad respiro...
Hice un mundo de ti, que hoy se anonada
y en honda y vasta soledad me miro. 


¡Vive dichoso tú! Si en algún día
ves este adiós que te dirijo eterno,
sabe que aún tienes en el alma mía
generoso perdón, cariño tierno. 
G. Gómez de Avellaneda

Suplicio de amor

¡Feliz quien junto a ti por ti suspira,
quien oye el eco de tu voz sonora,
quien el halago de tu risa adora
y el blando aroma de tu aliento aspira!


Ventura tanta, que envidioso admira
el querubín que en el empíreo mora,
el alma turba, el corazón devora,
y el torpe acento, al expresarla, expira.


Ante mis ojos desaparece el mundo
y por mis venas circular ligero
el fuego siento del amor profundo.


Trémula, en vano resistirte quiero.
De ardiente llanto mi mejilla inundo.
¡Delirio, gozo, te bendigo y muero!

G. Gómez de Avellaneda

Te amo,
te amo de una manera inexplicable,
de una forma inconfesable,
de un modo contradictorio.

Te amo
con mis estados de ánimo que son muchos,
y cambian de humor continuamente.
por lo que ya sabes,
el tiempo, la vida, la muerte.

Te amo…
con el mundo que no entiendo,
con la gente que no comprende,
con la ambivalencia de mi alma,
con la incoherencia de mis actos,
con la fatalidad del destino,
con la conspiración del deseo,
con la ambigüedad de los hechos.

Aún cuando te digo que no te amo, te amo,
hasta cuando te engaño, no te engaño,
en el fondo, llevo a cabo un plan,
para amarte mejor.

Te amo…
sin reflexionar, inconscientemente,
irresponsablemente, espontáneamente,
involuntariamente, por instinto,
por impulso, irracionalmente.

En efecto no tengo argumentos lógicos,
ni siquiera improvisados
para fundamentar este amor que siento por ti,
que surgió misteriosamente de la nada,
que no ha resuelto mágicamente nada,
y que milagrosamente, de a poco, con poco y nada
ha mejorado lo peor de mí.

Te amo,
te amo con un cuerpo que no piensa,
con un corazón que no razona,
con una cabeza que no coordina.

Te amo
incomprensiblemente,
sin preguntarme por qué te amo,
sin importarme por qué te amo,
sin cuestionarme por qué te amo.

Te amo
sencillamente porque te amo,
yo mismo no sé por qué te amo.

Gianfranco Pagliaro

viernes, febrero 27, 2015


Significado de la palabra Yo amé
Imitación de Parny

    Con yo amé dice cualquiera
Esta verdad desolante:
-Todo en el mundo es quimera,
No hay ventura verdadera
Ni sentimiento constante.
     Yo amé significa: -Nada
le basta al hombre jamás:
La pasión más delicada,
La promesa más sagrada,
Son humo y viento... ¡y no más!
G. Gómez de Avellaneda


A LA POESÍA:

¡Oh, tú, del alto cielo
precioso don, al hombre concedido!
¡Tú, de mis penas íntimo consuelo,
de mis placeres manantial querido!
¡Alma del orbe, ardiente Poesía,
dicta el acento de la lira mía!

G. Gómez de Avellaneda

jueves, febrero 26, 2015


Un tiempo hollaba por alfombras rosas;
y nobles vates, de mentidas diosas
prodigábanme nombres;
mas yo, altanera, con orgullo vano,
cual águila real a vil gusano,
contemplaba a los hombres.

Mi pensamiento —en temerario vuelo—
ardiente osaba demandar al cielo
objeto a mis amores,
y si a la tierra con desdén volvía
triste mirada, mi soberbia impía
marchitaba sus flores.

Tal vez por un momento caprichosa
entre ellas revolé, cual mariposa,
sin fijarme en ninguna;
pues de místico bien siempre anhelante,
clamaba en vano, como tierno infante
quiere abrazar la luna.

Hoy, despeñada de la excelsa cumbre
do osé mirar del sol la ardiente lumbre
que fascinó mis ojos,
cual hoja seca al raudo torbellino,
cedo al poder del áspero destino...
¡Me entrego a sus antojos!

Cobarde corazón, que el nudo estrecho
gimiendo sufres, dime: ¿qué se ha hecho
tu presunción altiva?
¿Qué mágico poder, en tal bajeza
trocando ya tu indómita fiereza,
de libertad te priva?

¡Mísero esclavo de tirano dueño,
tu gloria fue cual mentiroso sueño,
que con las sombras huye!
Di, ¿qué se hicieron ilusiones tantas
de necia vanidad, débiles plantas
que el aquilón destruye?

En hora infausta a mi feliz reposo,
¿no dijiste, soberbio y orgulloso:
—¿Quién domará mi brío?
¡Con mi solo poder haré, si quiero,
mudar de rumbo al céfiro ligero
y arder al mármol frío!

¡Funesta ceguedad! ¡Delirio insano!
Te gritó la razón... Mas ¡cuán en vano
te advirtió tu locura!...
¡Tú mismo te forjaste la cadena,
que a servidumbre eterna te condena,
y a duelo y amargura!
G. Gómez de Avellaneda



No finjas más, no ocultes la excesiva
hambre de mí que te arde en la mirada.
A. Gala


martes, febrero 24, 2015

 
SI TE VAS LEJOS:
 
Si te vas lejos tú, me llevas lejos.
Si quieres separarte, te aproximas.
Prisiones hay que no gastan las limas
y estrellas que entreveran sus reflejos.

Es el laberinto nuestro amor de espejos
en que, si más te enfrías, más me animas.
Convéncete, cuando te desarrimas,
que, donde esté, te tiraré los tejos.

¿A qué polo tú irás que yo no vaya?
¿Dónde te esconderás que no te vea
si, entre tú y yo, ni linde hay ya ni valla?

No malgastes huyendo más tarea
que, al fin, juntos daremos peso y talla,
tú por la calle, yo por la azotea. 
A. Gala
 


QUIZÁS

Quizás te diga un día que dejé de quererte,
aunque siga queriéndote más allá de la muerte;
y acaso no comprendas en esa despedida,
que, aunque el amor nos une, nos separa la vida.

Quizás te diga un día que se me fue el amor,
y cerraré los ojos para amarte mejor,
porque el amor nos ciega, pero, vivos o muertos,
nuestros ojos cerrados ven más que estando abiertos.

Quizás te diga un día que dejé de quererte,
aunque siga queriéndote más allá de la muerte;
y acaso no comprendas en esa despedida,
¡que nos quedamos juntos para toda la vida!

Buesa

domingo, febrero 22, 2015


¿Podré decir "dame tu mano" un día?
¿Podré decir "todo está bien, por fin
todo está bien", un día?
Noche tras noche te he esperado
tras desprovistos cuartos de ciudades
circundadas por ríos,
con la mirada sigilosa
fija en el techo y una dura mano
de soledad asida a la garganta.

Te esperé, amor, en plazas recorridas
por opulentos mediodías, mientras
se inundaban de ti los soportales
y, descalzo en la piedra, tú cruzabas
sin mirarme siquiera.

Me apoyaba en columnas protectoras
para esperarte. Me apoyé en antiguas
almenas para verte
llegar desde más lejos.
Me apoyé sobre arenas soleadas,
por si era acaso el mar quien te traía.
Acaricié mejillas falsas, falsos
labios en flor, que se desmoronaban
cuando apenas el botón se entreabría.

Y hoy, en una ciudad
desconocida, en una transitoria
habitación, de nuevo te pregunto
si te podré decir:
"Dame la mano" un día.
Entre unas sábanas extrañas, entre
una tristeza demasiado grande
para una sola vida, escucha, escucha,
después de pasear sin compañía
por la orilla de un lago - tú comprendes -
quiero saber si yo tendré derecho
a decir una vez: "He aquí que llega
finalmente mi parte de alegría".

Porque si no, responde:
¿para qué tantos lagos y secretas
estancias, para qué tantas ciudades
circundadas por ríos? si no, amor,
¿para qué tanto abril y tanta vida,
tanta pasión sin fruto y sin respuesta?
A.Gala

sábado, febrero 21, 2015



¡Qué adorado desfavor!
¡Qué enmudecido sufrir!
¡Qué mentiroso vivir!
¡Qué puro morir de amor!

¡Qué negociados engaños
y qué forzosos tormentos!
¡Qué aborrecidos alientos
y qué apetecidos daños!

¡Y qué esfuerzo y qué temor!
¡Qué no ver, qué prevenir!
¡Qué mentiroso vivir!
¡Qué puro morir de amor!

¡Qué enredos, ansias, asaltos,
y qué conformes contrarios!
¡Qué cuerdos, qué temerarios!
¡Qué vida de sobresaltos!

Y que no hay muerte mayor
que el tenerla y no morir.
¡Qué mentiroso vivir!
¡Qué puro morir de amor!

Quevedo


Fragmentos varios:

La diferencia está en que, mientras tú no sabías nada, había foso y muralla; en el momento que descubriste mis sentimientos, el foso secó y, en persona, no hubo muralla que aguantase.

Deseo que ocurra, sueño que ocurra, pero si ocurriese me moriría de miedo.

Eres la mujer de mi vida y espero llegar a tiempo para ser la persona que necesitas en la tuya. No hay ningún otro evento en el universo que llame mi atención, ni otro ente al que quisiera unir mi felicidad. Quiero estar siempre presente en tu vida.

Pensamos de forma similar y tenemos gustos parejos, pero yo soy fuerte, con iniciativa, resolutivo,impulsivo y tranquilo... Así te compenso ya que tú eres serena, tierna, candida, y piensas más a largo plazo. Me motivas. Yo soy manual y físico; tú transcendental y metafísica. Mi complemento femenino...

 




PASATIEMPO:


Cuando éramos niños 
los viejos tenían como treinta
un charco era un océano
la muerte lisa y llana 
no existía.

Luego cuando muchachos
los viejos eran gente de cuarenta
un estanque un océano
la muerte solamente
una palabra.

Ya cuando nos casamos
los ancianos estaban en cincuenta
un lago era un océano
la muerte era la muerte
de los otros

Ahora veteranos
ya le dimos alcance a la verdad
el océano es por fin el océano
pero la muerte empieza a ser
la nuestra.

Benedetti


AMISTAD:


Entre un hombre y una mujer la amistad es tan sólo una pasarela que conduce al amor.
J. Rénard 

Ofrecer amistad al que pide amor es como dar pan al que muere de sed.
Ovidio

El que busca un amigo sin defectos, se queda sin amigos.
Proverbio turco

Hola, soy la amistad, y vengo a recordarte que, para que pueda crecer bella y fuerte, tienes que regarme continuamente, no me descuides, no dejes que me marchite... (y el amor también...)

El falso amigo es como la sombra, que nos sigue mientras dura el sol.
C. Dossi

Reprende al amigo en secreto y alábalo en público.
Leonardo da Vinci

Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando.
Tagore

La verdadera amistad es como la fosforescencia: resplandece mejor cuando todo se ha oscurecido
Tagore