A Limano jurábale Filena
guardar la fe que a su pasión debía;
"antes la luz me falte", repetía,
y sus promesas escribió en la arena.
El viento que la mueve y desordena
poco a poco lo escrito deshacía,
y al verlo la pastora falsa y fría
de su memoria lo borró sin pena.
Así la fe se guarda y asegura
en pecho femenil; ¡qué documento
para quien cifra en ella su ventura,
si aún la que ofrece amor con juramento,
cuanto dice y escribe y cuanto jura,
es arena que mueve cualquier viento!
José Vicente Alonso
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