Gracias amor por esta serena desventura.
¡qué bien hallado estoy con mi desesperanza!
-¡Cuán fácilmente, en ella, vuela mi nave pura!-
¡Oh qué mar tormentosa tan llena de bonanza!
¿Dónde la pasión loca se ha sepultado? Todo,
Desde que la aulaga ha clavado su espina
En mi ilusión, parece riendo, de otro modo:
¡la noria, tan alegre; tan verde la colina!
…Pero un remordimiento de mi misma tristeza
Lo anega todo, a veces en olas de quebranto.
Siento que mi dolor me toca de belleza,
¡y me apenumbro en esta felicidad de llanto!
Jiménez