sábado, junio 17, 2006

Carta de Mozart


Por esta única vez te voy a escribir una carta inteligible. Encontrarás, no obstante, algunas bromas. Lo principal es saber que has recibido todas mis cartas; por lo tanto, ya no me inquieto.
¡Mi querida Sobrina! ¡Prima! ¡Hija! ¡Madre! ¡Hermana y Esposa! ¡Rayos y centellas! ¡Mil veces carajo! ¡Diablos! ¡Brujas y Brujos! ¡Batallones sin fin! ¡Elementos! ¡Aire! ¡Agua! ¡Tierra y fuego! ¡Europa! ¡Asia! ¡África o América! ¡Jesuitas! ¡Agustinos! ¡Benedictinos! ¡Capuchinos! ¡Franciscanos! ¡Dominicos! ¡Cartujos y Padres de la Santa Cruz! ¡Canónigos regulares e irregulares y bribones, piel de oso, alimento de perros, culos y huevos unos encima de otros! ¡Asnos! ¡Búfalos! ¡Cerdos! ¡Bufones! ¡Estúpidos cretinos! ¿Qué es esto?... ¿Un paquete y no hay retrato?
Ya estaba yo todo entusiasmado. Me creía seguro porque me habías escrito que iba a recibirlo pronto, pero muy pronto. ¿Acaso dudas de que yo pueda cumplir mi palabra? No lo creo, realmente. Ahora, te lo ruego, envíamelo lo antes posible; y espero que sea como lo he pedido. Y sobre todo a la manera francesa [“vestirse a la francesa” consiste para Mozart en pedir a su prima que muestre un poco más sus pechos y sus hombros].
¿Que si me gusta Mannheim? Todo lo que puede gustarme un lugar en el que no se encuentra mi prima. Perdona mi mala escritura, la pluma ya está vieja; desde hace casi veintidós años cago por el agujero que ya conoces y sin embargo todavía no se ha roto, a pesar de que he cagado muchísimo y he arrancado la caca con mis dientes…
Ahora tengo que terminar, así es, porque todavía no me visto y tenemos que ir a comer para ir después otra vez a cagar, así es.
Si sientes todavía amor por mí, como yo por ti, entonces nunca dejaremos de amarnos… Beso tus manos, tu cara, tus rodillas y tu… en fin, todo lo que me permitas besar. Soy con todo mi corazón.
Vuestro afectísimo Sobrino y Primo


Wolf Amadé Mozart.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué cosa más rara, ¿esto te gusta?

Erea dijo...

No, pero tú lo has dicho: es raro. Otra visión para un genio...