domingo, abril 27, 2008


Soneto con sed - Buesa


Leyendo un libro, un día, de repente,
hallé un ejemplo de melancolía:
Un hombre que callaba y sonreía,
muriéndose de sed junto a una fuente.
 
Puede ser que, mirando la corriente,
su sed fuera más triste todavía;
aunque acaso aquel hombre no bebía
por no enturbiar el agua transparente.
 
Y no sé más. No sé si fue un castigo,
y no recuerdo su final tampoco
aunque quizás lo aprenderé contigo;
 
yo, enamorado, soñador y loco,
que me muero de sed y no lo digo,

que estoy junto a la fuente y no la toco.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Chulísimo. El mejor de este blog o, si no, de los mejores.