Soneto con sed - Buesa
Leyendo un libro, un día, de repente,
hallé un ejemplo de melancolía:
Un hombre que callaba y sonreía,
muriéndose de sed junto a una fuente.
Puede ser que, mirando la corriente,
su sed fuera más triste todavía;
aunque acaso aquel hombre no bebía
por no enturbiar el agua transparente.
Y no sé más. No sé si fue un castigo,
y no recuerdo su final tampoco
aunque quizás lo aprenderé contigo;
yo, enamorado, soñador y loco,
que me muero de sed y no lo digo,
que estoy junto a la fuente y no la toco.
1 comentario:
Chulísimo. El mejor de este blog o, si no, de los mejores.
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