lunes, octubre 26, 2009


Yo me he asomado a las profundas simas
de la tierra y del cielo,
y les he visto el fin, o con los ojos,
o con el pensamiento.

Mas ¡ay! de un corazón llegué al abismo
y me incliné un momento,
y mi alma y mis ojos se turbaron:
¡tan hondo era y tan negro!!


Bécquer

1 comentario:

j dijo...

Minimalista. Lo primero que me viene a la cabeza es que de quien habla no merece más dedicación de tiempo, aunque la primera estrofa vale la pena releerla varias veces.