jueves, diciembre 18, 2008


Se reencuentran ellos, que en mi frente
no faltó tu presencia ni un momento,
ni te ausentaste de mi pensamiento
el tiempo de un suspiro solamente.

Cegada y sordomuda, el alma hirviente
se entronizó sobre su sentimiento
y olió la noche, por si acaso el viento
le acercaba tu aroma incandescente.

Sólo ellos se reencuentran, no nosotros,
que nunca nos habíamos perdido,
un dulce yugo sobre los dos cuellos.

Piafan, relinchan, triscan como potros,
se mecen entre el gozo y el gemido.
Son tu cuerpo y mi cuerpo, sólo ellos.


A. Gala

1 comentario:

Xesco 2017 dijo...

Magistral soneto donde se juega con el amor pasión frente al amor de la teoría de la cristalización. Como verás Stendhal me marcó durante mi juventud. El amor pasión, el amor animal, el amor que no engaña guste ó no guste ó llegue o no a cansar, frente al amor idealizado en la distancia, donde cristaliza atribuyendo al otro cualidades que le creamos nosotros pero que realmente no tiene ni tendrá. Con la distancia vestimos a nuestro ser amado con las mayores perfecciones. Hasta los defectos los vemos como virtudes. Pero con el reencuentro la cristalización comenzará a disolverse y nos hará ver la realidad, pudiendo eso sí, quedar el amor animal.