domingo, febrero 22, 2015


¿Podré decir "dame tu mano" un día?
¿Podré decir "todo está bien, por fin
todo está bien", un día?
Noche tras noche te he esperado
tras desprovistos cuartos de ciudades
circundadas por ríos,
con la mirada sigilosa
fija en el techo y una dura mano
de soledad asida a la garganta.

Te esperé, amor, en plazas recorridas
por opulentos mediodías, mientras
se inundaban de ti los soportales
y, descalzo en la piedra, tú cruzabas
sin mirarme siquiera.

Me apoyaba en columnas protectoras
para esperarte. Me apoyé en antiguas
almenas para verte
llegar desde más lejos.
Me apoyé sobre arenas soleadas,
por si era acaso el mar quien te traía.
Acaricié mejillas falsas, falsos
labios en flor, que se desmoronaban
cuando apenas el botón se entreabría.

Y hoy, en una ciudad
desconocida, en una transitoria
habitación, de nuevo te pregunto
si te podré decir:
"Dame la mano" un día.
Entre unas sábanas extrañas, entre
una tristeza demasiado grande
para una sola vida, escucha, escucha,
después de pasear sin compañía
por la orilla de un lago - tú comprendes -
quiero saber si yo tendré derecho
a decir una vez: "He aquí que llega
finalmente mi parte de alegría".

Porque si no, responde:
¿para qué tantos lagos y secretas
estancias, para qué tantas ciudades
circundadas por ríos? si no, amor,
¿para qué tanto abril y tanta vida,
tanta pasión sin fruto y sin respuesta?
A.Gala

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No te rindas, aún estás a tiempo

De alcanzar y comenzar de nuevo,

Aceptar tus sombras,

Enterrar tus miedos,

Liberar el lastre,

Retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,

Continuar el viaje,

Perseguir tus sueños,

Destrabar el tiempo,

Correr los escombros,

Y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,

Aunque el frío queme,

Aunque el miedo muerda,

Aunque el sol se esconda,

Y se calle el viento,

Aún hay fuego en tu alma

Aún hay vida en tus sueños.

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo

Porque lo has querido y porque te quiero

Porque existe el vino y el amor, es cierto.

Porque no hay heridas que no cure el tiempo.

Abrir las puertas,

Quitar los cerrojos,

Abandonar las murallas que te protegieron,

Vivir la vida y aceptar el reto,

Recuperar la risa,

Ensayar un canto,

Bajar la guardia y extender las manos

Desplegar las alas

E intentar de nuevo,

Celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas, por favor no cedas,

Aunque el frío queme,

Aunque el miedo muerda,

Aunque el sol se ponga y se calle el viento,

Aún hay fuego en tu alma,

Aún hay vida en tus sueños

Porque cada día es un comienzo nuevo,

Porque esta es la hora y el mejor momento.

Porque no estás solo, porque yo te quiero.

Mario Benedetti

Deviant dijo...

Ese poema es de mi autoría.