martes, noviembre 06, 2007


No estás en ti, belleza innúmera,

que con tu fin me tientas, infinita,

a un sinfín de deleites!

Estás en mí, que te penetro

hasta el fondo, anhelando, cada instante,

traspasar los nadires más ocultos!

Estás en mí, que tengo

en mi pecho la aurora

y en mi espalda el poniente

-quemándome, trasparentándome

en una sola llama-; estás en mí, que te entro

en tu cuerpo mi alma

insaciable y eterna!


J. R. Jiménez

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mmm ya vas directamente al sexo duro y explícito...